COMUNICADO DE PROTECTORAS DE SEVILLA SOBRE LOS INCIDENTES OCURRIDOS EN LA SPAP DE MAIRENA

29-01-2014

En vista de todo lo sucedido durante las pasadas semanas en la SPAPS, de la actuación descontrolada de particulares y organizaciones, de la desinformación generalizada que lleva a actos desesperados que repercuten en contra de animales, animalistas y contra la propia esencia del proteccionismo, creemos que se hace necesario que las protectoras de Sevilla nos pronunciemos.

Nos resulta muy difícil de creer que, a estas alturas, el funcionamiento de una perrera resulte desconocido para la población en general cuando todos los movimientos animalistas venimos denunciando lo que una perrera significa, no solo en Sevilla, sino en cualquier ciudad del mundo. A grandes rasgos, cualquier perrera, ya sea pública o privada, recoge a los animales abandonados en la vía pública, los procedentes de incautaciones y aquellos cuyos propietarios deciden entregar directamente en las instalaciones. Una vez allí, siguen un protocolo que es más o menos fiable dependiendo de la transparencia en los registros de entrada y salida de la entidad. Por lo general los animales sin microchip de identificación, pasan por un periodo de 10 días en el cual sus dueños pueden reclamarlos. Pasado ese periodo, cualquier animal puede ser sacrificado, incluso siendo un animal sano, ya que lo que decide sobre la vida y la muerte de los animales es la capacidad de la perrera y la necesidad de dejar sitio para los que van llegando. También existen casos de eutanasia de aquellos que padecen enfermedad, lesiones o problemas de conducta.

En resumidas cuentas, lo que una perrera significa es control de zoonosis. A los estados lo único que les importa es controlar el aspecto epidémico de los animales abandonados. Para eso es suficiente la retirada de las calles y, en todo caso, la eutanasia si el volumen de recogida excede su capacidad, está claro.

De las perreras existentes en la provincia de Sevilla el caso de la SPAPS siempre ha sido el más sangrante. Primero por autodenominarse “protectora de animales” (nada más lejos de la realidad) y haber engañado a muchos de sus socios y clientes negando que en sus instalaciones se sacrificara, con la consiguiente afluencia de inconscientes que entregaban animales abandonados pensando que hacían un bien con ello. Segundo, por haber despreciado el bienestar y el respeto hacia los animales, que es la única vocación de una protectora, en pos de conseguir beneficios, realizando convenios de recogida con el mayor número posible de municipios, sentenciando con ello a miles de animales al año dada la imposibilidad de acoger a tal volumen en sus instalaciones. En el año 2010-11, Mairena hacía la recogida de animales de 81 municipios. Esto supone un volumen infinitamente superior a su capacidad que es de unos 300 animales. Por último, por haber realizado prácticas completamente prohibidas por la legislación vigente como es el uso de acnectine, un producto derivado del curare, que produce una muerte dolorosa, en vez de utilizar los productos recomendados por la ley para la práctica de la eutanasia, hecho que su propio presidente reconoció en medios públicos.

El Zoosanitario de Sevilla, al ser un ente público, tiene obligación de observar un comportamiento más regular, transparente y cercano al cumplimiento de la legislación vigente, sin que por ello podamos decir que su cumplimiento sea ejemplar. Consta de unas 36 jaulas de unos 2m2 aproximadamente, mal aisladas de los agentes externos, sin zonas de cuarentena, sin un lugar adecuado para albergar cachorros y madres preñadas, sin atención sanitaria de urgencia para los animales que allí ingresan, sin una zona adecuada para la recogida y tenencia de gatos, ni se cumplen los requisitos de jaulas disponibles por población que exige la ley. También debemos indicar que parte del personal que allí trabaja ha encontrado la fórmula para ayudar, en la medida de sus posibilidades, en la labor de difusión y adopción que algunas protectoras sevillanas realizan desde hace años para proporcionar una vida digna a los animales que hasta allí llegan. Lo que sí queremos denunciar es que desde hace un tiempo se les viene negando la posibilidad de tomar fotos en las jaulas, dificultando por tanto conseguir las tan necesitadas adopciones responsables.

Visto lo que los actos colectivos indiscriminados y no organizados pueden afectar a la seguridad de los animales, expresamos nuestro rechazo a que sigan teniendo lugar este tipo de acontecimientos y pedimos desde aquí a todos los animalistas, voluntarios y asociaciones, que mantengamos la calma y la sangre fría. Podemos atacar a todas las perreras sistemáticamente, pero con ello solo conseguiremos que otros animales sufran daño (como ha sido el caso en Mairena), que compañeras se vean posiblemente denunciadas por delitos que hayan podido realizar contra la propiedad pública o privada, pero no conseguiremos que las leyes vigentes se cumplan, impidiendo el sacrificio de animales sanos, y en absoluto conseguiremos con eso una verdadera Ley de Protección Animal, que garantice el bienestar de todos los animales, los que tienen y los que no tienen dueño.

Por ello os instamos a realizar actividades que SÍ creemos pueden repercutir en el bienestar de los que están y estarán hacinados en perreras, mientras el abandono y la sobrepoblación sigan suponiendo cifras escalofriantes en este país.

En primer término exigimos transparencia en los registros y datos, que no se permitan casos como el de Mairena donde se pueda ocultar a socios y clientes cual es la actividad real de la organización, el volumen de recogida y el de sacrificio.

Que se permita y promueva, sin restricciones, que cualquier asociación animalista pueda trabajar por la difusión y adopción de los animales allí alojados, fotografiar en las instalaciones y realizar proyectos de mejora del bienestar de los animales.

Que sea obligatorio demostrar el uso de productos legales en la realización de eutanasias y que sean aplicadas por profesionales y en condiciones no traumáticas para los animales.

Que ningún ente pueda realizar más convenios de recogidas de animales con poblaciones, si el volumen de animales supera la capacidad para albergarlos, con lo que evitaremos que se realicen sacrificios masivos por falta de espacio.
Pedir en cada ayuntamiento que el convenio para la recogida de animales se realice a través de las asociaciones proteccionistas más cercanas y habilitadas para ello.
Y por supuesto, que se busquen medidas y recursos reales al aumento indiscriminado de la población animal y su abandono, mediante leyes que regulen la entrada de animales para venta en el país, la cría de animales indeseados mediante una política real y viable de castración, y la sanción sistemática y ejemplarizante del abandono, entre otras muchas cosas.

Para ello, os encomiamos a realizar actividades de protesta frente a los ayuntamientos y consejerías que son los responsables de ofrecer soluciones a esta situación. Por consentimiento u omisión, han permitido que la penosa ley que tenemos no se cumpla, que las denuncias fundadas que se han realizado no prosperen y que el abandono y sacrificio en este país sea una vergüenza que ocultamos a los ojos de la población pero que ejecutamos sin que nos tiemble el pulso.

Por último, que esto no sea una moda pasajera, un calentamiento que se enfría nada más salga una nueva noticia impactante en los medios. Pedimos compromiso por parte de las protectoras para reunirse y programar acciones que verdaderamente nos lleven a un cambio legislativo y funcional. Compromiso por parte de ciudadanos, animalistas, voluntarios y socios para participar no solo en la difusión de animales, sino en la calle frente a sus ayuntamientos pidiendo un cambio real y profundo en la forma que tiene esta sociedad de tratar a nuestros compañeros.

 

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